Muchos días, antes de acostarse, les cuento una historia a mis hijos. Ellos me dicen tres cosas que quieren que aparezcan en la historia y yo me la invento. Al final, siempre son dos cosas y la tercera condición es que la historia tiene que ser divertida. Como si inventarse una historia cada noche no fuera lo bastante difícil. Algunas son mejores que otras, pero la verdad es que nos hemos echado muchas risas juntos antes de irnos a dormir. Supongo que en parte también porque están tan cansados que casi todo les hace gracia. La historia de anoche les gustó bastante, así que la pongo aquí para poder recordarla. Mi hija de diez años se partía de risa. El de cinco quería una historia de Star Wars y cuando acabé me dijo, "Vale, pero ahora mi historia".
Ese día el profesor decidió dedicar la hora de Ciencias a hacer una clase de teatro con los niños. Así que les dijo:
- Niños, hoy vamos a dedicar la clase a hacer una pequeña obra de teatro. ¿Qué tema se os ocurre que queréis hacer?
Un chico con cara de travieso dijo:
- Propongo una historia con mis compañeros de mesa, Ramón y Chus, quiero decir, Ramón Dosdedos y Jesús Vaca.
Ante el asombro del profesor, todos los niños empezaron a reírse. Una chica dijo:
- Yo quiero ser la princesa que leía.
El profesor preguntó: ¿Que leía qué?
- "No sé, simplemente la princesa que leía." Respondió la niña entre las carcajadas de la clase.
El profesor empezaba a sospechar que le estaban tomando el pelo pero seguía sin saber de que iba la cosa. Entonces otro chico dijo:
- Profesor, usted permiso ir Dar Váter? - Más carcajadas de fondo.
Y antes de que el profesor pudiera contestar el chico más bajito de la clase, que llevaba una camiseta verde, intervino diciendo:
- Permiso Yo Da a ti
El profesor, un poco mosqueado con tanta broma replicó:
- ¿Pero por qué habláis así? Sí, claro, si tienes que ir al baño, puedes ir.
De repente, un chico rubio tiró una bolsa de patatas fritas al aire y gritó:
- Look in the sky! Patatas Walker!
El profesor, que no salía de su asombro, replicó:
- Tú, recoge la bolsa de patatas. ¿Y ahora por qué empiezas a hablar en inglés, si estamos en la hora de teatro?
Para entonces todos los niños se estaban tronchando de risa, y viendo el profesor que así no llegaba a ningún sitio, decidió dejar la idea del teatro y seguir con la clase de ciencias.
- Bueno, vale ya de risas, abrid el libro de Ciencias por el capítulo VII, hoy tocan las Galaxias...