Monday 22 April 2024

Sevilla

 

Texto generado con una AI, no te creas todo lo que lees en internet

Un día en Sevilla: ¡Catedral, Plaza de España y Setas!

Tras el viaje desde Mérida, llegamos a nuestro apartamento en el centro de Sevilla, un lugar perfecto para explorar la ciudad, y también para ejercitar las piernas porque estaba dividido en cuatro niveles, un primero con entrada, cocina y baño, el segundo con dos dormitorios, el tercero con salón y terraza y, por último, el cuarto con otro dormitorio, baño y azotea (!). La sorpresa llegó al intentar aparcar nuestro coche, un poco más grande de lo habitual para las estrechas calles sevillanas. Tras alguna que otra maniobra de las de aguantar la respiracion y medir los centímetros hasta las esquinas, finalmente lo dejamos en un parking con plazas minúsculas para nuestro "caballo de hierro". Entre unas cosas y otras, ya era de noche, así que aprovechamos para hacer una rápida compra en el supermercado antes de que cerraran.

Al día siguiente, nos despertamos con ganas de descubrir los tesoros de Sevilla. Comenzamos con un paseo hasta la zona de la catedral, donde pudimos admirar su imponente fachada y sus detalles góticos. La ciudad ya estaba despertando y la afluencia de turistas era notable. También se notaba la resaca de la Semana Santa, con un montón de cosas todavía por desmontar. Eso no impidió que disfrutáramos de la belleza del lugar.

Continuamos nuestro camino hacia la Plaza de España, un espacio que enamora con su arquitectura monumental y majestuosa. El calor empezaba a apretar, así que era hora de buscar la sombra al andar. Decidimos improvisar un picnic y con el estómago lleno y la mente relajada, nos dirigimos hacia el río Guadalquivir, donde nos deleitamos con la vista de la Torre del Oro, otro símbolo de la ciudad. El Alcázar, con su promesa de palacios y jardines, lo dejamos para el día siguiente, ya que el tiempo se nos agotaba (y no quedaban entradas :-) ).

Tras un día intenso de caminatas, turismo y experiencias sensoriales, regresamos a nuestro apartamento para un merecido descanso. Pero antes, no podíamos irnos sin pasar por las famosas Setas de Sevilla, una estructura vanguardista que ofrece un contrapunto al resto de edificios en el centro.


Saturday 20 April 2024

Mérida

 


Texto generado con una AI, no te creas todo lo que lees en internet.

Un día inolvidable en Mérida

Mérida nos recibió con un espectáculo de color inmejorable: un arco iris majestuoso que se extendía sobre la ciudad al llegar a nuestro hotel. Era un presagio de la magia que nos esperaba en esta antigua ciudad romana.

Esa noche, salimos a dar un paseo por las calles estrechas y pintorescas del centro histórico. Mientras buscábamos un sitio para cenar, nos topamos con algunos de los monumentos más emblemáticos de la ciudad como el Templo de Diana y el Arco de Trajano. Cada paso era un viaje en el tiempo, un susurro de la historia que se escribía en cada piedra.

Al día siguiente, desayunamos en el hotel y nos dirigimos a pie a la zona arqueológica, donde se encuentran el Teatro Romano y el Anfiteatro. Un guía apasionado nos condujo a través de estas imponentes estructuras, explicándonos durante hora y media los secretos de la vida en la antigua Roma. Imaginábamos a los gladiadores luchando en la arena del anfiteatro, a los actores declamando sus versos en el teatro, a las miles de personas que asistían a estos eventos bajo el cielo extremeño. Soñábamos con la experiencia que debía ser estar allí en verano, durante el Festival Internacional de Teatro Clásico de Mérida, cuando las obras cobran vida y el pasado se mezcla con el presente. Antes de comer aún nos dio tiempo de visitar la Casa del Anfiteatro, que nos hizo recordar la Casa de Hippolytus en Complutum.

Tras una comida en la terraza de un bar cercano, aprovechamos la tarde para disfrutar del aire fresco. Dimos un paseo a lo largo del río Guadiana, recorriendo un tramo del Puente Romano, una obra maestra de ingeniería que aún conserva su esplendor después de siglos.

Finalmente, visitamos los restos de la Alcazaba, una fortificación árabe construida sobre un antiguo palacio romano. Nos maravilló el aljibe, un pozo subterráneo de gran belleza y complejidad técnica.

La tarde se acercaba y, después de un día intenso lleno de historia, cultura y belleza, recogimos el coche en el hotel y pusimos rumbo a Sevilla, nuestra siguiente parada en este mini viaje por la península ibérica. Mérida había dejado en nosotros una huella imborrable, un recuerdo de una ciudad viva, llena de pasado y presente, que nos invita a volver para descubrir aún más de sus tesoros.

Tuesday 16 April 2024

Trujillo y Guadalupe

 


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Un viaje familiar a través de la historia y la belleza española: Trujillo, Guadalupe y Mérida

¡El despertador sonó a una hora inhumana! Teníamos que recoger el coche alquilado en el aeropuerto de Madrid y emprender nuestro viaje hacia la histórica ciudad de Mérida. El pronóstico daba lluvia, pero eso no iba a aguar nuestra aventura. De hecho, la carretera estaba despejada, ¡nada que ver con el atasco monumental de la entrada a Madrid!

Con el coche ya en marcha, nos lanzamos a la aventura por carretera. El paisaje de campos verdes se desplegaba ante nuestros ojos como un lienzo. La lluvia persistía, ahora sí, ahora no, pero el buen rollo de viajar los seis juntos lo arreglaba todo.

Llegamos a Trujillo con un ambientazo de fiesta inesperado. Las calles empedradas, las casitas de piedra y las murallas medievales nos transportaron a otra época. Subimos las cuestas empinadas hasta el castillo y las vistas desde allí eran soberbias.

Después de comer, un pequeño cambio de planes. En lugar de seguir hacia Mérida pusimos rumbo a Guadalupe, un lugar de peregrinación. Pasamos por Zorita, un pueblo desde el que, en otra vida, había recibido cartas de una amiga con la que desde entonces he perdido el contacto. Cosas de la vida. Un cartel nos anunciaba que ese tramo de la carretera era una ruta paisajística (vamos, que había muchas curvas). En el Monasterio de Guadalupe, una guía nos contó la historia del lugar y su significado social y religioso. La visita incluye cuadros de autores famosos como el Greco, Goya o Rubens. Las obras de arte en su contexto se disfrutan de forma diferente a como lo haces en un museo.

Finalmente, llegamos a Mérida, nuestro destino final. Al aparcar en el hotel, ¡un arco iris apareció en el cielo! Como un símbolo de bienvenida y buena suerte. En un solo día, recorrimos paisajes increíbles, conocimos pueblos con encanto y visitamos lugares históricos alucinantes. Pero lo mejor de todo fue compartir momentos inolvidables en familia, creando recuerdos que quedarán para siempre.